Los cometas son cuerpos celestes sólidos compuestos por polvo, hielo y rocas formando una atmosfera llamada coma, que no es más que polvo y gas por unas orbitas generalmente elípticas.
Luego están los centauros, una especie de cometa y asteroide que tienen orbitas inestables, ya que pasan cerca de los planetas gigantes como Júpiter, Saturno, Urano y del sol. En las últimas décadas se han descubierto varios de estos cometas gigantes que tienen entre 50 y 100 km de diámetro.
En el espacio un centauro puede desintegrarse en una estela de pedazos que al ser inestables orbitalmente podrían impactar con la tierra. Los investigadores de la Universidad de Buckingham han determinado los riesgos de este tipo de colisión en los últimos 30 años.
Aunque estén lejos pueden llegar a ser una amenaza en un futuro, por lo que es necesario estar al pendiente de ellos.
Es por ello que se han realizado estudios más recientes sobre estos cometas gigantes y lo que podría suceder en caso de que alguno se fragmente cerca a la órbita terrestre.
Con la tecnología actual se puede desviar un objeto de la trayectoria a la órbita del planeta si se detecta con antelación. Si la distancia es lo suficientemente lejos, con una perturbación de su trayectoria se desviaría inevitablemente.
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¿Cómo son los centauros?
Hace varios años el científico Stephen Hawking dijo que una de las posibilidades de porqué no hay tanta vida inteligente en las galaxias cercanas es porque los cometas impactan en los jóvenes planetas y no prospera la vida.
Los centauros contienen mucha masa, más que los asteroides que se han estudiado actualmente. Aparecen como puntos de luz por la distancia en la que generalmente se encuentran de la tierra.
Incluso se piensa que alguna de las lunas de Saturno pueda ser uno de estos gigantes atrapados hace miles de años en la órbita del planeta.
Una forma de ver los cometas gigantes es con el brillo difuminado llamado luz zodiacal que se ve al anochecer producto del polvo que está en el espacio interplanetario. Este dispersa la luz solar y es de mayor cantidad que el expulsado por los asteroides que atraviesan esta zona interior del sistema solar.
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Riesgos para el planeta
Ellos entran en las órbitas de los planetas más cercanos al sol aproximadamente cada 100000 años desviándose hacia la órbita de la tierra. Se desintegran en miles de fragmentos y algunos de ellos son lo suficientemente grandes como para impactar en la superficie del planeta.
Los astrónomos han descubierto que los grandes trastornos ambientales alrededor de los 10000 a.C. han sido producto de agitaciones de centauros en el sistema planetario interior.
Así que las hipótesis de la extinción de los dinosaurios puede tener un basamento fuerte en uno de los cometas centauros que haya colisionado en la tierra hace 65 millones de años.
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Hay algunos indicios que demuestran que los grandes cráteres que se encuentra en el golfo de México y en Ucrania podrían haber sido producto de una colisión de algunos fragmentos de centauro.
Por la inestabilidad en su órbita que se cruza con la de los planetas grandes, los centauros representan un gran riesgo para la vida en la tierra. Aunque la mayoría serán expulsados del sistema solar en su trayectoria, otros pueden irse hacia el interior del sistema solar.
Miles de pedazos congelados que se precipiten hacia la tierra pueden parecer inofensivos, pero podrían llenar la atmosfera de polvo convirtiéndolo en un invierno nuclear que sería catastrófico para cualquier civilización.
Es decir, no hace falta que llegue una gran roca a la superficie de la tierra para devastar a la humanidad como se piensa en la ciencia ficción.
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