Científicos han propuesto un innovador motor de electrones que podría llevar una sonda a Alfa Centauri en menos de 40 años. La idea, basada en un haz de electrones relativista, permitiría transportar una carga útil mucho mayor que otros proyectos actuales. Aunque aún existen desafíos tecnológicos, este avance podría marcar un paso crucial en la exploración interestelar.

Un equipo de científicos de la asociación Tau Zero ha planteado un ambicioso proyecto que podría reducir drásticamente el tiempo necesario para viajar al sistema estelar más cercano a la Tierra, Alfa Centauri. La propuesta se basa en un innovador motor de electrones que permitiría enviar una sonda con una carga útil significativa en menos de 40 años, abriendo nuevas posibilidades para la exploración espacial.
Más allá de la ciencia ficción
Desde hace décadas, la ciencia ficción ha imaginado tecnologías que permitirían viajar entre las estrellas en cuestión de horas o minutos. Sin embargo, en el mundo real, alcanzar Alfa Centauri, situado a 4,25 años luz de la Tierra, sigue siendo un desafío colosal. Hasta ahora, el proyecto más avanzado en este sentido era Breakthrough Starshot, que propone el uso de láseres para propulsar una vela solar ultraligera a una velocidad del 20 % de la luz, permitiendo llegar en 20 años.
El nuevo proyecto, descrito en la revista Acta Astronautica, introduce una estrategia alternativa con una ventaja clave: podría transportar una carga útil de hasta 1.000 kilogramos, mucho más que la propuesta de Starshot. Para ello, se utilizaría un haz de electrones relativista generado desde una estatita solar, un satélite que orbitaría muy cerca del Sol.
El motor de electrones: un nuevo horizonte
El concepto clave del proyecto es la pinza relativista, que permitiría disparar un haz de electrones a velocidades extremas sin que estos se repelan entre sí. Este haz impulsaría la nave espacial a distancias mucho mayores que las alcanzables con el enfoque de Starshot. Según los investigadores, con 19 gigaelectronvoltios, la nave podría alcanzar 100 unidades astronómicas (UA), situándose en el borde del Sistema Solar. En teoría, incluso sería posible llegar a 1.000 UA, acelerando significativamente el viaje interestelar.
A diferencia de los pequeños dispositivos de Breakthrough Starshot, esta nave de mayor tamaño podría llevar instrumentos científicos avanzados, proporcionando datos mucho más detallados sobre Alfa Centauri y sus planetas potencialmente habitables.
El gran desafío: sobrevivir al Sol
No obstante, el proyecto enfrenta importantes obstáculos. La estatita solar, encargada de generar el haz de electrones, tendría que operar extremadamente cerca del Sol, en una región donde las temperaturas y radiaciones son extremas. Para ponerlo en perspectiva, la sonda Parker Solar Probe se acercó a 6,1 millones de kilómetros del Sol, viajando a 690.000 km/h, pero no pudo permanecer allí mucho tiempo debido al calor abrasador. Cualquier estatita solar tendría que estar construida con materiales capaces de resistir estas condiciones extremas durante períodos prolongados.
El futuro de la exploración interestelar
Si los ingenieros logran superar estos retos, este motor de electrones podría representar un hito en la historia de la exploración espacial. Con una duración de vuelo de 40 años, el proyecto superaría a la misión Voyager, que ha tardado más de 47 años en abandonar el Sistema Solar. Aunque todavía estaríamos lejos de las velocidades de los motores warp de Star Trek, este avance podría marcar el primer paso real hacia la exploración de otros sistemas estelares.
Por ahora, el sueño de viajar a Alfa Centauri sigue siendo un desafío técnico, pero con cada nuevo avance, la humanidad se acerca más a convertir la ciencia ficción en realidad.