El 15 de agosto de 1977, el radioastrónomo Jerry R. Ehman estaba analizando datos de radiofrecuencia recogidos por el radiotelescopio Big Ear en la Universidad Estatal de Ohio. Fue entonces cuando detectó una señal inusualmente fuerte y de origen desconocido que duró 72 segundos. Esta señal, que quedó registrada en la historia bajo el nombre de "Mensaje Wow", sigue siendo uno de los enigmas más intrigantes de la radioastronomía.
El "Mensaje Wow" debe su nombre a la anotación que Ehman escribió junto a la impresión de la señal: "Wow!". La señal, detectada en la frecuencia de 1420 MHz, que corresponde a la emisión natural del hidrógeno, provocó un frenesí de especulaciones sobre su posible origen extraterrestre. Sin embargo, casi medio siglo después, el origen de esta señal sigue sin ser explicado satisfactoriamente.
M55: ¿Un Posible Origen?
Recientemente, los investigadores han sugerido que la señal podría haberse originado en el cúmulo globular M55, ubicado en la constelación de Sagitario. M55 es un cúmulo estelar antiguo compuesto por cientos de miles de estrellas y se encuentra a unos 17.600 años luz de la Tierra aproximadamente.
M55 es visible con binoculares o pequeños telescopios desde el hemisferio sur y en latitudes bajas del hemisferio norte. Debido a su baja concentración central y su ubicación en una región rica en estrellas de la Vía Láctea, puede ser un desafío identificarlo sin un buen mapa estelar.
La hipótesis de M55 como el origen del "Mensaje Wow" es intrigante por varias razones. Primero, la densidad estelar en cúmulos globulares como M55 podría incrementar la probabilidad de civilizaciones avanzadas, ya que hay más estrellas y, potencialmente, más planetas habitables en una región relativamente pequeña del espacio. Segundo, las características de la señal —en particular su frecuencia— sugieren un origen que podría estar vinculado a procesos astronómicos o tecnológicos no naturales.
Desafíos en la Confirmación
Confirmar a M55 como el origen del "Mensaje Wow" no es tarea sencilla. A pesar de los avances tecnológicos en radioastronomía y la construcción de telescopios más poderosos como el Observatorio de Arecibo y el Radiotelescopio de Allen, la señal Wow no ha sido detectada nuevamente. Esta falta de repetición ha llevado a algunos a especular que pudo haber sido un fenómeno transitorio, quizás un tipo de emisión no constante de una civilización avanzada o una anomalía natural que aún no comprendemos.
Además, la búsqueda de señales similares en la región de M55 y sus alrededores ha sido infructuosa. La vastedad del espacio y la multitud de fuentes de ruido electromagnético complican aún más la tarea. Sin embargo, los científicos no han desistido. Proyectos como SETI continúan explorando esta y otras regiones del espacio con la esperanza de encontrar una señal repetitiva que pueda ser estudiada con más detalle.
Implicaciones de un Contacto
Si algún día se confirma que el "Mensaje Wow" provino de M55, las implicaciones serían profundas y revolucionarias. Probaría que no estamos solos en el universo y que otra civilización ha desarrollado la tecnología necesaria para comunicarse a través de vastas distancias interestelares. Este descubrimiento cambiaría nuestra comprensión del cosmos y del lugar de la humanidad en él.
Hasta que ese día llegue, el "Mensaje Wow" seguirá siendo un recordatorio del misterio y la maravilla que el universo tiene por ofrecer. Cada noche, mientras los radiotelescopios escanean el cielo en busca de señales, la posibilidad de descubrir un mensaje de otra civilización nos invita a soñar y a preguntarnos: ¿Estamos realmente solos?
Todavía no hay una respuesta para esa pregunta.
El "Mensaje Wow" y la posibilidad de su origen en el cúmulo globular M55 continúan siendo un campo fértil para la especulación y la investigación científica. Aunque todavía no tenemos respuestas definitivas, la búsqueda continúa, impulsada por nuestra eterna curiosidad y el deseo de comprender nuestro lugar en el universo. Hasta entonces, el "Mensaje Wow" permanece como uno de los grandes misterios no resueltos de la astronomía moderna.