La Agencia Espacial Europea (ESA), financia proyectos para ayudarla a saltar objetos en la Luna. Las ruedas son cosa del pasado y nada mejor que imitar a seres vivos a través de la tecnología actual.
Un prototipo de Anymal demuestra su capacidad de salto. En la gravedad lunar Anymal podría saltar varios metros de altura. Crédito: ETH Zürich/Robotics Systems Labs (RSL)
En mayo de 2020, la Agencia Espacial Europea (ESA) abrió una convocatoria de ideas para misiones lunares que podrían entregarse con un Gran Módulo Logístico Europeo (EL3). Uno de los equipos temáticos seleccionados para un mayor desarrollo, encabezado por Hendrik Kolvenbach de ETH Zürich, propuso una misión para la exploración con patas de la meseta de Aristarco (LEAP).
La meseta de Aristarco es una región geológicamente diversa de la Luna, que es una buena manera de decir que tiene muchas colinas empinadas y rocas. Mina de oro para la ciencia, campo minado para rovers con ruedas. El equipo de LEAP identificó una plataforma adecuada en Anymal, un robot cuadrúpedo totalmente autónomo. Inicialmente desarrollado por el Laboratorio de Sistemas Robóticos de ETH Zürich, ANYmal puede caminar, correr y saltar, pero en las pruebas se ha basado cada vez más en caminar y caminar inclinado para navegar en entornos simulados de baja gravedad. El equipo de LEAP presentó recientemente su progreso hasta la fecha en el Europlanet Science Congress (EPSC) 2022.
El rover LEAP entrena utilizando Reinforcement Learning en una simulación del terreno lunar típico de Aristarchus Plateau. Las pendientes, las rocas, la fricción y la gravedad son relativamente fáciles de simular. El regolito suelto y granular es más difícil de simular y se maneja con pruebas del mundo real. Crédito: ETH Zürich/ETH Zürich/Robotics System Lab (RSL)
Otros robots desarrollados en ETH Zürich han sido más especializados para saltar, a saber, SpaceBok y SpaceHopper. Ambos son prometedores en entornos simulados de gravedad ultrabaja como lo que encontrarías en Ryugu o asteroides similares y lunas pequeñas. En última instancia, es probable que veamos una próxima generación de robots saltadores con mayor precisión, recopilando datos de lo que solían ser lunas y asteroides inaccesibles y aprendiendo sobre la formación temprana de nuestro sistema solar.
SpaceBok demuestra su capacidad de salto. Crédito: Laboratorio de Sistemas Robóticos
SpaceHopper prueba sus habilidades de salto y reorientación en la gravedad lunar simulada. Crédito: SpaceHopper
¿El futuro de la vagabunda espacial tendrá ruedas? Casi seguro. Pero la próxima era de exploración viene con opciones. Los robots saltarines abrirán colinas empinadas, campos de rocas y perchas precarias a la investigación científica como nunca antes. Y seamos honestos, algunos de estos rovers son absolutamente adorables.