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Los satélites naturales de planetas como Júpiter podrían albergar vida

Cuando observamos el planeta Júpiter y lo comparamos con la Tierra vemos las diferencias de inmediato, no solo por su tamaño colosal, sino también por su composición tan diferente a la de nuestro planeta. De hecho, Júpiter se parece mucho más al Sol.

Júpiter es una estrella frustrada, el planeta no tiene la masa suficiente para arder igual que nuestro “astro rey”. Aunque marque tanta diferencia con relación a los demás planetas del sistema, los planetas gaseosos de su tamaño también existen en otros sistemas planetarios, hasta la fecha, la NASA ha encontrado 1.480 gigantes gaseosos en nuestra galaxia, lo que indica que este tipo de planetas son algo más comunes de lo que pensamos.

Si hay una cosa de la cual nos gusta hablar es sobre las posibilidades de vida en otros mundos, pero en Júpiter la vida no es posible, no obstante, no esta todo perdido.

El gigante gaseoso tiene un complejo “sistema planetario” o lunas mejor dicho, son un total de 79, la mayoría de ellas posiblemente son asteroides atrapados por la fuerza gravitatoria o los restos de una gran luna destruida. Cuatro de los satélites naturales de Júpiter merecen una atención especial, las lunas Ganímedes, Calisto, Io y Europa son las más grandes y podrían compararse con planetas. Este compuesto se conoce como satélites galileanos.

Sistema galileano. Foto montaje de Júpiter y sus 4 lunas más grandes. Crédito: NASA

Ganímedes

Es el satélite natural más grande no sólo de Júpiter, sino también del Sistema Solar. Además, es el único que tiene campo magnético. Su diámetro es de 5.268 kilómetros y es el doble de masivo que nuestra Luna. Lo más curioso de este satélite es que tiene un océano bajo la superficie que tiene más agua que todos los océanos del planeta Tierra juntos.


Foto de Ganímedes realizada por la New Horizons y adaptada a color. Crédito: NASA

Calisto

Calisto es el tercer satélite más grande del Sistema Solar y, del mismo modo que ocurre con la Luna y la Tierra, siempre muestra la misma cara a Júpiter. Está rodeado de una atmósfera muy fina compuesta de oxígeno molecular y dióxido de carbono.


Foto de Calisto realizada por la New Horizons y adaptada a color. Crédito: NASA

Io

Io es el satélite galileano que se encuentra más próximo a Júpiter. Tiene un diámetro de 3.600 kilómetros y cuenta con 400 volcanes activos, nada más y nada menos. En su superficie también hay más de 100 montañas, algunas de las cuales son más altas que el Everest.


Foto de Io realizada por la New Horizons y adaptada a color. Crédito: NASA

Europa

Europa tiene 3.122 kilómetros de diámetro y en 2016 la NASA confirmó que bajo la superficie, hay un gran océano. Su radio orbital es de 671.000 kilómetros, y tarda 3,5 días en dar una vuelta completa a Júpiter. En cuanto a su atmósfera, se compone de oxígeno de origen no biológico.


Foto de Europa realizada por la New Horizons y adaptada a color. Crédito: NASA

La vida en los Satélites Naturales

No se descarta la posibilidad que algunas de las lunas de Júpiter estén habitadas por seres vivos marinos, las lunas Ganímedes y Europa tienen océanos que podrían albergar vida. La NASA tiene algunas misiones previstas para visitar Ganímedes y Europa con el objetivo de traer pruebas que lo demuestren a la Tierra.

Una parte de la comunidad científica piensa que, si dentro de nuestro sistema solar estamos contemplando la posibilidad de la existencia de vida más allá de la presente en nuestro planeta, en otros sistemas planetarios podría darse en condiciones iguales.

Foto original tomada por la New Horizons de Júpiter y sus lunas. Crédito: NASA

Las exolunas (Lunas extrasolares) fascinan a los astrónomos por las mismas razones que los exoplanetas. Tienen el potencial de revelar cómo y dónde puede haber surgido la vida en el universo, además de su interés científico en sí mismas: ¿Cómo se forman, pueden albergar vida, qué papel desempeñan, si es que tienen alguno, para que sus planetas anfitriones sean habitables?

Por ahora, el telescopio Kepler nos ha revelado la existencia de dos exolunas, una de ellas orbita el exoplaneta Kepler 1708b y ha recibido el nombre de Kepler 1708b-i. El exoplaneta, situado a 5.500 años luz de la Tierra tiene el tamaño de Júpiter. Estos datos demuestran que las lunas podrían ser tan frecuentes en otros sistemas planetarios como lo son en el sistema solar.

El descubrimiento de una segunda candidata a exoluna apunta a la posibilidad de que estas sean tan comunes como los exoplanetas. / Helena Valenzuela Widerström

La búsqueda por vida en el Universo recibe nuevas posibilidades, además de estudiar exoplanetas en las zonas habitables de sus estrellas también cabe la posibilidad de encontrar vida extraterrestre en las lunas de planetas con un sistema de satélites naturales parecido al que tiene Júpiter.

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