Los cohetes espaciales suben en una trayectoria curva principalmente por dos razones: eficiencia y seguridad.
En cuanto a la eficiencia, un cohete necesita alcanzar una velocidad y altitud determinadas para entrar en órbita o llegar a su destino. Para lograrlo de manera más eficiente desde el punto de vista energético, los cohetes siguen una trayectoria llamada “trayectoria balística optimizada”. Esta trayectoria implica subir inicialmente en un ángulo inclinado en lugar de ir verticalmente hacia arriba.
Cuando un cohete se lanza verticalmente, debe combatir la gravedad durante todo el ascenso. Esto significa que gran parte de la energía inicial se consume en contra de la gravedad, lo que requiere un mayor consumo de combustible. Al seguir una trayectoria inclinada, el cohete aprovecha la rotación de la Tierra para ayudar a impulsarlo hacia adelante y reducir la cantidad de energía necesaria para superar la gravedad. Al ir ganando velocidad horizontalmente, el cohete se acerca cada vez más a la velocidad orbital deseada.
Cohete de la misión Chandrayaan 3 de la Agencia Espacial de India ISRO con destino a la Luna. Vídeo realizado desde avión comercial el 14 de julio de 2023. Crédito: Primal Space
Además, la trayectoria curva también ayuda en términos de seguridad. Si un cohete tuviera un fallo en los motores poco después del lanzamiento y siguiera una trayectoria vertical, podría representar un peligro para las áreas habitadas cercanas al lugar de lanzamiento. Al seguir una trayectoria inclinada, el cohete puede alejarse más rápidamente del área de peligro en caso de emergencia.
En resumen, los cohetes siguen una trayectoria curva para lograr una mayor eficiencia en términos de consumo de combustible y para garantizar la seguridad tanto del cohete como de las áreas habitadas cercanas al lugar de lanzamiento.
Crédito imagen de la portada: Falcon 9 launches 54 @Starlink satellites from SLC-40 in Florida